Un conductor de autobús tiene un presentimiento sobre un niño pequeño en el autobús y toma medidas
Cada semana, los conductores de autobuses ven a cientos de pasajeros. Mientras que algunos parecen estar alegres, otros se ven bastante tristes. A su vez, algunas personas parecen estar siempre apuradas, mientras que otras están distraídas y perdidas. Tim Watson, un conductor de autobús de la Autoridad de Transporte del Valle (ATV) de Santa Clara, tenía sospechas sobre el joven tranquilo que acunaba a un niño con fuerza en sus brazos.
Un día en la vida de un conductor de autobús
Tim Watson es el tipo de conductor de autobús que observa a los pasajeros que suben y bajan al vehículo. Ha llegado a conocer a sus pasajeros frecuentes a lo largo de los años. Está familiarizado con sus lugares de ascenso y descenso y se ha acostumbrado a sus horarios regulares. Algunos de ellos incluso se han convertido en amigos de él.

Normalmente tienen una charla rápida cuando suben y bajan del autobús. Tim les dice con frecuencia cosas como “cuídate” y “disfruta tu día”. Viajando con él se sienten seguros. Todos los días han sido iguales hasta una mañana en particular.
Pasajeros por primera vez
Tim conducía por su ruta habitual ese fatídico día. El día iba bien y él estaba haciendo todo lo posible para que todo funcionara sin problemas. Luego, un chico y un niño abordaron su autobús en una de las paradas.
Tim estaba seguro de que no era uno de sus pasajeros habituales porque no los reconoció de los viajes en autobús anteriores. El hombre parecía tener unos veinte años y parecía estar distraído. Estaba reteniendo visiblemente al niño que definitivamente no estaba de humor mientras tomaban asiento en el medio del autobús.
Rabietas inusuales
Cuando este niño subió al autobús con un joven, comenzó a sollozar. No es raro que los niños se suban a un autobús en medio de una rabieta, algo que Tim ha visto muchas veces.
Al conductor del autobús, por otro lado, no le pareció que el llanto del niño era una rabieta normal. Sus ojos estaban llenos de aprensión. No era la forma típica en la que un niño reaccionaría con un miembro de la familia, incluso en medio de una rabieta. Fue suficiente para hacer que este conductor de autobús aprovechara sus instintos paternales.
Sentimiento extraño
Tim no podía evitar mirar a los nuevos pasajeros de vez en cuando, sin importar cuánto lo intentara. A pesar de las órdenes del hombre, el niño pequeño siguió llorando desconsoladamente. El hombre parecía estar empujando al niño a dormir o permanecer quieto.

El control de Tim sobre sus pasajeros en su espejo retrovisor no era algo que hacía normalmente. Sin embargo, algo en sus entrañas lo obligaba a prestar atención a estos dos. Tim tiene dos hijos y eso lo hizo tener un sentimiento peculiar, aunque no pudo identificarlo de inmediato. Pero algo llamó su atención cuando volvió a mirar.